La
neurociencia ha demostrado que el período
en que el cerebro es más eficiente para el aprendizaje
comienza
antes de los 3 años,
por lo que la educación
temprana posibilitaría la generación de capital humano
y el aumento de la competitividad.
Educación
de la Primera Infancia es decisiva para desarrollar habilidades
cognitivas de lenguaje, interpersonales, socioemocionales y para
lograr un adecuado desarrollo físico
(nutrición, sensorial-motor).